Llegar a Mirambel ya tiene algo de aventura para quienes se dejan impresionar por pequeños detalles. La cercanía de la Comunidad Valenciana a la localidad es tal, que apenas un par de kilómetros la separan de tierras levantinas. De hecho, el camino más directo desde Zaragoza y Alcañiz atraviesa parte de la región vecina y pasa a la vera de Olocau del Rey (Castellón), para entrar de nuevo en Teruel poco después.

Hace poco menos de un año, Mirambel entró en la codiciada lista oficial de Los Pueblos Más Bonitos de España, pergeñada por una organización de carácter privado y en la que destaca poderosamente la representación aragonesa. Ascensión Guimerá y su trabajo son un poco causa y efecto de este hecho; nacida en Mirambel, aunque ha vivido fuera de pueblo buena parte de su vida, es guía turística en su pueblo desde hace año y medio. En la Oficina de Turismo coordina las visitas guiadas al pueblo, que comprenden un recorrido detallado y muy interesante por las maravillas de Mirambel al modesto precio de 3 euros por persona. En estos días calurosos, además, Ascensión no olvida una máxima fundamental: ‘vayan por la sombra’. Hace unos días guiaba a un grupo de 10 visitantes compuesto por amigos de varios puntos de España: Barcelona, Valencia, Teruel, Zaragoza, Madrid… todos felices por la ocasión de conocer a fondo un pueblo oficialmente bonito. «Me apasiona mi trabajo –explica Ascensión– y eso lo hace más fácil; estoy muy orgullosa del pueblo y de la admiración que despierta en quienes lo visitan». Ascensión también pertenece a la Asociación Cultural local, fundada el año 2000 y que edita la revista anual ‘La Cuquillada’.

Una de las paradas estelares del recorrido es el Portal de la Monjas, que data originalmente del siglo XII y luego fue rebautizado por la llegada de las Agustinas. Allí cuenta al grupo que la organización defensora del patrimonio Europa Nostra concedió en 1981 el primer premio de conjunto histórico-artistico a Mirambel. «La reina Sofía entregó el premio el 30 de junio de 1983 –aclara– y conservamos recuerdos de esa visita en el Ayuntamiento». Pablo, uno de los caminantes del día, celebra la coincidencia de tal efeméride con su cumpleaños, pero no revela su edad.

Además del portal de las monjas, la muralla de Mirambel tiene otros 4 accesos de este tipo: el Portal de San Valero en el lienzo nordeste, el Portal de San Roque en el lienzo sur, rebajado intramuros y nombrado así por estar enfrente de la ermita del ciado Santo, el Portal de la Fuente (también al sur) y el llamado Portal del Estudio, construido en sillería: intramuros tiene un voladizo cerrado y una ventana con celosía de madera que alberga la capilla de la Natividad de la Virgen.

Ascensión no escatima en anécdotas históricas, curiosidades y detalles de las edificaciones, pero tiene la deferencia con sus visitantes de hacer pausas en la charla, para no abotargar las entendederas de sus oyentes con un exceso de datos. Señala al Convento de las Agustinas y explica la fachada principal. «Ahí vemos el balconaje de la madre superiora, ahí las buhardillas… era un convento de clausura, y había por tanto zonas inaccesibles. Hay que recordar que Mirambel se construyó alrededor de su castillo en el XII, luego siguió con la ampliación de la muralla en el XIII y el XIV. Las monjas llegaron en el siglo XVI y el actual emplazamiento del convento no estaba construido; el pueblo les cedió la capilla de Santa Catalina y el antiguo hospital, que estaba en desuso».

La capilla tiene un órgano renacentista. «Funciona de maravilla, pero tiene un problema: la falta de organista. A ver si animáis a alguno», bromea Ascensión. Mientras tanto, Juani curiosea en la reja que separaba a las monjas del celebrante durante las misas, a través de la cual recibían la comunión.

Un detalle: Pío Baroja estuvo en el pueblo una temporada en 1930, alojado en la misma calle del Convento, y escribió ‘La venta de Mirambel’, que salió en 1931 y que ahora se acaba de reeditar con una revisión de Pío Caro Baroja. El pueblo le ha recordado recientemente con lecturas públicas, y también ha tenido presencia en los actos festivos de agosto, mes de las fiestas mayores.

Los muros de la localidad y la plaza de las grandes casas: una busca nuevos dueños

Casa Aliaga tiene su cartel de ‘En venta’ en plena fachada, con especificaciones sobre su interior: un total de 1.300 metros cuadrados de vivienda y 560 metros cuadrados de patio.

La otra vista impepinable de Mirambel es su muralla, que conforma un recinto tendente a la forma cuadrada. Está construido en mampostería con sillares reforzando algunas esquinas; además, se han conservado algunas torres rebajadas, y hay diversos pozos enrejados extramuros; un ejemplo en este sentido es el llamado Bastión; también es notoria la permanencia de aspilleras en distintos puntos del muro.

https://www.heraldo.es/noticias/aragon/2019/07/10/mirambel-belleza-oficial-y-silueta-amurallada-1324562.html