Imagen relacionada con la noticia

 

  • Casco urbano de Mirambel
Por su monumentalidad y perfecto estado de conservación, el casco urbano de Mirambel constituye uno de los ejemplos más destacados de arquitectura urbana medieval no solo de la provincia, sino del conjunto del país, tal y como atestigua su declaración como Conjunto histórico-artístico y el hecho de que en 1982 fuera reconocida con el premio Europa Nostra, el más prestigioso galardón mundial a proyectos destacados en la defensa del patrimonio cultural europeo. Mirambel fue la primera localidad de España que recibió este reconocimiento, compartido en la edición de 1982 con proyectos tan importantes como la restauración del Palacio Bollani de Venecia o la revitalización del centro histórico de la localidad inglesa de Chesterfield.
En una superficie de apenas 4 ha, el casco urbano de Mirambel contiene más de una treintena de edificios, espacios urbanos y elementos defensivos de destacado interés patrimonial: torreones, portales de muralla, iglesias, conventos, palacios, casas populares, etc. Sin lugar a dudas, una de sus mayores singularidades es el hecho de que toda la población se desarrolla intramuros, un rasgo muy poco habituales en otros asentamientos medievales, donde lo normal es que se prodiguen los arrabales de distintas épocas. Esta característica aporta al conjunto un aspecto de pueblo anclado en el Medievo, prácticamente inalterado estéticamente desde entonces.
El núcleo central de la población está compuesto por el primitivo castillo, del que se conservan escasos restos, la iglesia, reformada en el siglo XVII, y el entorno de las calles Remolinos y del portal de San Roque. En una siguiente etapa de expansión urbana se construye el actual recinto amurallado, que incluye cinco portales de acceso a la población y cuyo espacio interior se organiza en torno a la calle Mayor. El resultado es un conjunto de forma casi circular, con edificaciones que han ganado la muralla y se mimetizan con ésta, especialmente en su flanco Sur e imponentes portales defendidos por torreones como el de las Monjas, situado en el lado Norte, y que constituye el único punto por el que puede acceder el tráfico rodado a la localidad.
La singularidad del patrimonio arquitectónico de Mirambel se muestra al visitante en el Centro de Interpretación de la Arquitectura del Maestrazgo de Mirambel, un espacio museístico en el que a través de paneles y maquetas se explican las características constructivas y el contexto histórico en el que nació buena parte del patrimonio monumental de la comarca.
  • Ayuntamiento
De estilo renacentista, el Ayuntamiento de Mirambel mantiene sistema compositivo propio de la arquitectura civil de esta parte de la provincia, si bien, goza de mayor delicadeza en su tratamiento de lo que viene siendo habitual, seguramente como una necesidad provocada por la excelencia del entorno y del resto de grandes construcciones palaciegas de la localidad. De planta cuadrangular, cuenta con dos plantas construidas en cantaría y mampostería. En su planta baja encontramos una lonja compuesta por dos arcos de medio punto en la fachada principal y un tercero en la lateral. De la planta principal destacan sus ventanas adinteladas y el imponente alero de madera.
  • Palacios renacentistas. Casa Aliaga y Casa Castellot
La casa Aliaga es uno de los palacios nobiliarios más destacados del maestrazgo turolense. Construido como morada de los Duques de Aliaga, familia noble aragonesa procedente de la casa de Híjar, su distribución es la típica de los palacios renacentistas aragoneses, con una portada de acceso compuesta por un arco de medio punto, ventanas de alfeizar moldurado en la planta noble y ático compuesto por una galería de arquillos aragonesa. El conjunto está culminado por un doble alero de madera profusamente decorado.
Situado junto a la Casa Aliaga, y conformando una plaza de destacado valor arquitectónico, en las tres alturas de la Casa Castellot encontramos todos los rasgos arquitectónicos que caracterizan los palacios renacentista aragonés. De la planta baja destaca su sobria portada con arco de medio punto, mientras que en la planta noble se abren amplias ventanas adinteladas con el alfeizar moldurado. La construcción se cierra con la característica galería de arcos aragonesa, culminada por un doble alero de madera delicadamente tallado. En su fachada lateral encontramos una particular terraza bajo un amplio arco de medio punto.
Otros excelentes ejemplos de la arquitectura palaciega de esta localidad son las casas Almudena, Costeras, Pastor o Barceló.
  • Castillo de Mirambel
Foto: Tomás Bayo

Foto: Tomás Bayo

El castillo es también la parte más antigua del casco urbano de Mirambel. Construido por la Orden del Temple a mediados del siglo XIII, fue varias veces reformado por los Sanjuanistas, hasta que en el siglo XIX se convirtió en vivienda. Demolido en los años 50, de sus restos todavía puede visitarse el antiguo horno, paredes de mampostería y adobe con arcos apuntados de acceso.

 

  • Convento de las Agustinas Ermitañas

Situado en la entrada del pueblo por el Portal de las Monjas, se trata de un imponente edificio de planta rectangular construido en mampostería que data de 1564. La fachada, de tres plantas, ocupa buena parte del primer tramo de la calle mayor y como es habitual en este tipo de construcciones, apenas cuenta con unos pocos vanos de pequeño tamaño. Del exterior destacan las excelentes celosías de madera que revisten los balcones del convento. Anexo al edificio encontramos la Iglesia de Santa Catalina.

Foto: Silvia Ferrer

Foto: Silvia Ferrer

  • Ermita de San Martín

Localizada al Sur de la localidad, resulta un excelente ejemplo ermita-santuario, tiene planta rectangular de tres naves y crucero y, a pesar de su aspecto sobrio desde el exterior, conserva las pinturas y estucos de estilo barroco con que fue decorada en el momento de su construcción. Cuenta con un caserío dos pisos adosado a la fachada, hoy transformado en masía, pero que en origen fue utilizado como sede del Concejo los dos días al año en los que tradicionalmente se viene celebrando una romería en esta ermita.

 

  • Ermita de San Roque

Situada fuera del recinto amurallado. La construcción de la ermita se asocia a la intervención del Santo de cara a librar a Mirambel de la peste que asoló la zona en 1648. De planta rectangular, está construida en mampostería y presenta con un atrio delantero abierto con tres grandes arcos de medio punto como elemento arquitectónico más destacado.

 

  • Iglesia Parroquial de Santa Margarita

La actual iglesia es resultado de una reforma del templo originario que tuvo lugar en 1679, conservándose el acuerdo documental adscrito por los vecinos para acometer la obra. El resultado de esta reforma es una construcción de una sola nave con capillas laterales situadas entre grandes muros. Sin lugar a dudas su esbelta torre resulta el elemento más interesante del conjunto. Construida en sillería, cuenta con un cuerpo de campanas de planta cuadrada con vanos de medio punto entre pilastras sobre grandes medallones a nivel de las impostas. El remate es una barandilla y un cuerpo superior ochavado coronado por una cúpula de sillería vista con veleta. Aunque la iglesia ha sufrido varias agresiones a lo largo de la historia, la más relevante el incendio que en 1836, durante la primera guerra carlista, provocó importantes daños en el altar mayor, su estado de conservación es excelente.

 

  • Portal de las Monjas

Antigua puerta de muralla adosada al convento de las Agustinas, el portal de las Monjas ofrece una de las estampas más conocidas de la localidad. Abierto por un arco de medio punto hacia el exterior y apuntado en el interior, en su parte superior se observa una galería de tres pisos cerrada por unas particulares celosías de barro y yeso. Bajo estas se sitúa una capilla abierta de vano adintelado dedicada a Santo Tomás. El portal cuenta con un torreón anexo de planta cilíndrica en cuya parte inferior se habilitó la sacristía de la iglesia del convento.

Foto: Esther Dalmau

Foto: Esther Dalmau