Redacción

08/08/2020 14:12

Invita a venir al «tranquitenso», «rapilento», «cosmopueblita» y «frescalor» para vivir y sentir experiencias muy distintas

TERUEL, 8 (EUROPA PRESS)

La provincia de Teruel, gran desconocida para muchos, tiene vocación de destino preferente e inimitable, debido a sus espacios naturales, sus insólitos lugares, su cultura, su patrimonio y su gastronomía. La masificación turística le es ajena a este territorio lleno de antónimos, de contrastes, con una superficie de más de 14.800 kilómetros cuadrados, una decena de comarcas y 134.500 habitantes.

Estos son los valores de la campaña ‘Siente Teruel, ahora más que nunca’, que introduce términos como ‘tranquitenso’, ‘rapilento’, ‘cosmopueblita’ y ‘frescalor’ «porque lo que hay aquí no está en ningún otro destino», ha enfatizado el diputado delegado de Turismo de la Diputación de Teruel, Diego Piñeiro, al tiempo que ha apelado al turismo responsable.

Esta provincia no defrauda sino que ilusiona, un territorio sorprendente, refrescante con sus sierras y ríos, perfecto para ser descubierto en paz y sin agobios, accesible tanto para los que quieren estar en familia, como para los que les gusta ir a su aire y buscar aventuras. Así es esta tierra de dinosaurios, tierra de oportunidades y mil maravillas.

«Teruel ha de ser un destino preferente porque es la provincia con los pueblos más bonitos de España, contamos con siete joyas, y se pueden vivir experiencias únicas, ha explicado Piñeiro.

Hay que venir a disfrutar de paisajes de película: el lejano oeste en la rambla de Barrachina, a dos kilómetros de la capital; el Maestrazgo, comarca a la que pertenece Mirambel, en la que Ken Loach llevó a cabo el rodaje de ‘Tierra y Libertad’; el Matarraña, donde las ‘Libertarias’ de Vicente Aranda, allá por 1995, estuvieron en las calles de Calacaite, La Fresnesa o Valdetormo.

El espectacular castillo de Peracense se asoma a la Comarca del Jiloca con su silueta roja, con la leyenda que cuentan los guías en la visita, sin olvidar las fortalezas de Valderrobres y Mora de Rubielos, que pueden formar parte de una ruta «éeepica», como dice la campaña, en la que se pueden incluir Alcalá de la Selva, Monreal, Alfambra, Aliaga, Montalbán, Castellote y Alcañiz. TRANQUITENSO

Teruel es un territorio TRANQUITENSO. El visitante pasea y se relaja en algunos de los pueblos, admirando las vistas desde una terraza y saboreando su rico patrimonio, como ocurre en Calaceite, donde uno se puede perder en sus calles estrechas hasta llegar a la plaza mayor; Valderrobres, capital de la Toscana española y tan mediterráneo, donde es posible llevarse un ‘selfie’ teniendo de fondo la entrada al casco antiguo.

En Puertomingalvo, se ve la arquitectura popular y la fortaleza; en Rubielos de Mora resalta excolegiata de Santa María la Mayor y su Casa Consistorial renacentista. Cantavieja invita a callejear por su trazado medieval al que se asoman las casonas solariegas y conocer al general Cabrera de las guerras carlistas, ‘el tigre del Maestrazgo’; en Mirambel, que inspiró a Pío Baroja, se admira la belleza del Portal de las Monjas; y se asiste en directo a la postal de Albarracín y su muralla, conjunto histórico-artístico donde los haya.

Frente a las propuestas más tranquilas se puede conocer Dinópolis, parque dedicado a la Paleontología y los dinosaurios, que estrena dos atracciones ‘Torresaurio’ y ‘Dinobici’, y temblar imaginando qué hacer ante uno de estos gigantescos animales, así como ver sus otras siete sedes en Ariño, Albarracín, Castellote, Galve y su Aragosaurus, Peñarroya de Tastavins, Riodeva y el Turiasaurus riodevensis, el dinosaurio más grande de Europa, y Rubielos de Mora. Un recorrido de 4.500 años, con relevantes hallazgos paleontológicos, muy apropiado para el turismo en familia.

Con el cuerpo en tensión, casi hace volar la tirolina de Fuentespalda, la más larga de Europa, con unos dos kilómetros de longitud y 200 metros de desnivel, una experiencia en un espacio «intensooo», afirma la campaña, y que también proporciona el Parque Multiaventura de Albarracín, y el descenso al centro de la tierra en el Museo minero de Escucha, unas galerías de 200 metros de profundidad que no se encuentran en otra parte del país, o el descubrimiento de las Grutas de Cristal de Molinos.

El viajero logra ir RAPILENTO, que puede optar por circular a toda velocidad en el circuito de Motorland o a muchas menos revoluciones en la ‘ruta 66’ de carreteras secundarias. El complejo de Motorland, en Alcañiz, y diseñado por Norman Foster, es escenario del Gran Premio de Aragón de Motociclismo del Campeonato Mundial de Motociclismo y el lugar por excelencia de la provincia para ir rápìdo.

Conducir sin prisas en coche, moto o autocaravana, adentrarse en la ruta de los Puertos del Silencio, que recorre el Maestrazgo y las sierras y valles de la comarca de Gúdar-Javalambre con olor a libertad: orografía agreste, atrevida, con sus sierras y barrancos, haciendo paradas en Mora de Rubielos, Fortanete, los órganos de Montoro, Cantavieja y Rubielos de Mora. Este plan permite escoger la ruta de los Montes Universales, la de la sierra y los pinares de Albarracín; la ruta de la Toscana o la de los rincones mágicos de Teruel.

COSMOPUEBLITA, así es esta provincia, como el mismísimo Luis Buñuel. Muestra la esencia del surrealismo del artífice de ‘La edad de oro’, ‘Viridiana’, ‘Los olvidados’, sus estancias en Madrid, París, Nueva York y México; la creatividad de Salvador Victoria en su museo de Rubielos de Mora, sin olvidar el dedicado a Juan Cabré en Calaceite, también pintor y gran conocedor del arte rupestre levantino, con excelentes representaciones en esta provincia, por ejemplo, en el Parque Cultural de Albarracín.

Queda tiempo para experimentar las artes del pastoreo en los montes y en el Museo de la Trashumancia de Guadalaviar, y asistir a la berrea de los ciervos. «Teruel se disfruta en todas las estaciones, y en otoño uno de los paisajes más impresionantes es la ruta del chopo cabecero, y la berrea de los ciervos, en los Montes Universales; en invierno, las estaciones de esquí de Javalambre y Valdelinares, hay oferta turística para todo el año», ha comentado Piñeiro. «VOY A VOLVER»

El arte mudéjar, Patrimonio de la Humanidad, con numerosos exponentes en la capital turolense es uno de los tesoros, aunque también hay edificios modernistas y allí cobran vida los amantes Isabel y Diego. «Tenemos la suerte de tener el mudéjar mejor conservado», ha recalcado el responsable de Turismo.

Las estrellas no solo lucen en el mudéjar, sino que buena parte de la provincia es reserva y destino ‘starlight’ y existe un Observatorio Astrofísico en Javalambre. Mirar al cielo en las noches de verano con algo de abrigo y refrescarse en medio de una naturaleza imponente, como los pinares de Rodeno, la cascada de La Portellada, los ríos Pitarque y Calomarde, el Parrisal de Beceite y los cañones de Valloré… a esto se llama FRESCALOR.

Para reponer fuerzas, nada mejor que comer un huevo frito, con su jamón y trufa recién recolectada; momentos «máaagicos» con la gastronomía y los productos de Teruel en los que no falta el queso, el melocotón de Calanda y el azafrán.

«Estamos en una de las provincias del interior de España y en todas y cada una de sus diez comarcas existen recursos turísticos para poder disfrutar. Paisajes, mucha naturaleza, turismo de aventura, turismo industrial y uno de los mejores museos mineros, el slowdriving, parques faunísticos, todo lo que un viajero puede buscar cuando decide un destino», ha glosado Piñeiro.

«El quiero ir a Teruel lo convertimos en voy a Teruel y voy a volver porque me faltan todavía muchísimas cosas que descubrir». Piñeiro ha asegurado que es un modelo de turismo «tranquilo, familiar, de contacto directo con el viajero, que se va a sentir como en casa, fuera de aglomeraciones, donde se puede disfrutar del patrimonio, de toda la naturaleza, con una seguridad absoluta».

Fuente: La Vanguardia Aragón.